Ayer sábado tuvimos la cuarta ruta de Poesía y amistad, esta vez con el recuerdo de Antonio Buero Vallejo, Miguel Hernández y el soldado catalán que salvara a Buero de morir de frío en unos de los primeros campos de concentración. Recordamos también a Joan Brossa y Maria Mercè Marçal, quienes murieron, a pesar de la diferencia de su edad, en el mismo año, en 1998. Nos acompañaron, cómo no, Boscán y Garcilaso, Ángel González y Jaime Gil de Biedma, Gabriel Ferrater y José Agustín Goytisolo. Y en el espacio impactante de una plaza del gótico con las muescas de las balas del horror y de la guerra, evocamos los últimos días de Machado y Carles Riba en su duro y largo camino hacia el exilio, sin olvidarnos de otro gran caminante, León Felipe, cuya poesía fuera silenciada tanto tiempo por el franquismo. Y hubo aún espacio en el diálogo de la ruta entre recitación y canción, para otras artes: la primera exposición de Picasso, la música de guitarra de Regino Sainz de la Maza y su amistad con Lorca, los dibujos del poeta granadino en la galería Dalmau de Barcelona, con canciones que nos llegaron a la fibra sensible del corazón, como "Rosinyol que vas a França", canción tradicional catalana que cantaron tantos exiliados a sus nietos. La comida tertulia final en el Ateneu Barcelonès nos permitió continuar con poemas de Brech, con el recuerdo de Neruda, de Aleixandre, de un Barral, imán de proyectos y de amigos y, sobre todo, de una Maria Mercè Marçal que supo ofrecer a la poesía catalana ese aire de autenticidad y modernidad, tan necesario en los primeros pasos de la democracia. Un placer sentirnos acompañados por amigos que dan aún más sentido a esta ruta poética en la que seguiremos reencontrándos el primer sábado de cada mes.
